Planta herbácea trepadora
perteneciente a la familia de las Cucurbitaceae (como el melón,
sandía o pepino). Es una de las plantas cultivadas más antiguas de
las que se tiene constancia, seguramente debido a los usos prácticos
que se le podían dar a su fruto como recipiente para transportar
agua.
Como es típico de las
cucurbitáceas, la lagenaria siceraria se caracteriza por unos largos
zarcillos que la facilitan trepar y abarcar grandes superficies con
sus largos tallos. Al ser una planta monoica produce unas grandes
flores de ambos sexos.
Los sobres con semillas para cultivar nuestras calabazas del peregrino los podemos encontrar fácilmente en cualquier tienda de plantas o garden.
En breve aparecerán las primeras plántulas.
En este punto ya deberíamos transplantar las pequeñas plantas a macetas individuales.
Con espacio para sus raices la calabaza crecerá rápidamente.
Las grandes hojas son pecioladas y alternas, con una fina pilosidad que las recubre.
Con estos potentes zarcillos la planta logra trepar por casi cualquier superficie.
Las flores, tanto las másculinas como las femeninas, son blancas y muy grandes.
Si la flor se fertiliza correctamente pronto empezará a formarse el pericarpio.
En esta foto podemos ver una calabaza aún verde recubierta por una fina vellosidad blanca. Si queremos que las calabazas adquieran un buen tamaño deberemos clarear la planta y dejar solo una o dos calabazas por rama.
Una vez que se ha secado la rama de la que cuelga la calabaza la cortaremos y la pondremos a secar varias semanas. Cuando oigamos ruido al agitar la calabaza querrá decir que las semillas de su interior se han desprendido y la calabaza está seca por dentro además de por fuera.Aunque se ponga negra o recubierta de moho no pasa nada. La podremos limpiar con un paño húmedo o con agua tibia. Veremos que una vez completamente seca la calabaza tiene una gran dureza, casi como la madera.
Desde tiempos remotos se han utilizado los frutos de la lagenaria siceraria para hacer envases, cuencos o instrumentos musicales. Gracias a su dureza también se pueden realizar tallas artísticas sobre ella.
Una vez cortada la parte superior con una sierra podremos sacar las semillas para plantar nuevas calabazas si así lo queremos.
Con un poco de imaginación le podremos dar múltiples usos a nuestras calabazas.